En la final del certamen chocó contra Goiás, que se encontraba en una situación parecida; jugó la final habiendo descendido a la Serie B brasileña, algo inédito en la historia del fútbol sudamericano. En los cuartos de final se trajo un empate de 2-2 de Colombia y definió sin goles en el Cilindro para eliminar al Deportes Tolima con la regla del gol de visitante. Luego en semifinales parecía que la ilusión se acababa cuando arrancó perdiendo 3-0 con la Liga de Quito en tierras ecuatorianas, pero a través de Lucas Mareque y Andrés Silvera acabó el encuentro con un 3-2 que en un estadio Libertadores repleto se encargó de remontar por 2-1, con goles de Facundo Parra y Hernán Fredes.