A comienzos de 1913 la presidencia de Juan Antonio Núñez hizo las gestiones para convertir el espacio en una superficie apta para la práctica deportiva. El dirigente, que además era ayudante de Obras Públicas, manifestó desde un primer momento que incluso sin dinero el campo se iba a poder realizar y las obras comenzaron de inmediato; Juan José Santa Cruz, ingeniero jefe de Obras Públicas y uno de los vocales del equipo, ordenó que todos los escombros de las obras fueran llevados al terreno, lars 7 destinando además a un grupo de obreros para nivelarlo.