Tras regresar de Panamá y con el equipo a punto de desaparecer, «Nacho» Izquierdo aprovechó que se avecinaba la primera edición de los Juegos Bolivarianos que se celebrarían en Bogotá y encontró en este grupo inicial el entusiasmo para conformar un cuadro más estructurado, camisetas futbol por lo que el equipo volvió a representar a la Selección Colombia. Resultó ser un amuleto que con el tiempo se convirtió en toda una estrategia de merchandising que explotó la entidad».