El arte académico se esforzó en permanecer en una tradición arraigada en la experiencia estética e intelectual. Una de las funciones de la columna del Che fue detectar y ejecutar a los espías e infiltrados, así como imponer el orden en la región, ejecutando a los bandoleros que aprovechaban la situación para asesinar y violar mujeres, muchas veces atribuyéndose la identidad de los propios guerrilleros.